sábado, 27 de diciembre de 2014
Cuando solo quedan las costuras
Hace tiempo que dormimos en camas separadas,
que al amanecer no hay peleas de almohadas.
Pero hay cosas que valen mucho más,
y los dos nos hemos resignado a aparentar.
Decidimos inundar de nuestras fotos la pared,
construyendo con cada imagen más que mil mentiras.
Jugando a hacer visible lo ahora invisible,
dando voz a donde solo se oye silencio.
Una bañándonos en el mar Muerto,
y otra cogiendo tomates de nuestro huerto.
Una sonriendo en la Gran Vía de Madrid,
y otra desayunando cervezas en el jardín.
Por eso, cada tarde al volver a casa,
yo mismo caigo en nuestra trampa,
Me quedo mirando la pared,
y me dejo engañar como cuando tienes sed.
Y se me olvida lo que tus besos saben:
que al final la ficción es lo que vale.
Se me olvida que cada foto tapa la ruptura,
de un amor que había muerto sin llorar.
Se me olvida que las fotos sirven como costura,
para unir aquel desastre a olvidar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu lugar, tu tiempo, tu historia